miércoles, 1 de junio de 2011

LOS OCHENTA Y UNO DE WILLIE ROSARIO



WILLIE ROSARIO

Los Ochenta Y Uno de "Mister Afinque"

Por: Rigoberto Villalta Zapata

rigobertovillalta@hotmail.com




Willie Rosario, 'Mister Afinque'

RUMBO A LA GRAN MANZANA

En 1947 la familia de Rosario abandonó la isla y se mudó a Nueva York buscando un mejor porvenir. En la Gran Manzana el joven músico se buscó la vida en diversos empleos hasta que se enroló en el ejército y fue enviado a servir en Corea. Estando enrolado y con motivo de un permiso, Rosario regresó a Nueva York y una noche vio en el Palladium a Tito Puente y su orquesta. Esta experiencia marcó a Willie pues le ayudó a decidirse por la música, optando ser timbalero.

En 1952, ya licenciado del ejército, regresó a su tierra natal y pasó a ser parte de la Orquesta Fiesta en calidad de baterista. Al año siguiente regresó a Nueva York para cumplir contratos con esta orquesta pero culminados éstos decidió quedarse en la ciudad de los rascacielos donde conoció a Johnnie Seguí quien sería un referente fundamental en su carrera musical.

Con Seguí grabó el álbum Cha Cha Cha publicado en 1956 por el sello Ansonia. Pero sobre todo, con Seguí aprendió el negocio de la música, la disciplina y a ser responsable. Paralelamente a la música Rosario siguió estudios en la Universidad de de Gannon, en Pennsylvania, especializándose en periodismo radial lo que le permitió tener varios programas durante años. Incluso llegó a conducir un espacio en radio Walo de recetas de cocina nada menos que con Graciela y Machito.

Esto no fue una mera coincidencia sino que el gran Machito, cuando irrumpió con sus Afro Cubans en la década del cuarenta, empezó a ser conocido como el músico cocinero por sus sonados éxitos "Sopa de pichón", "Quimbombo" y "La paella".

LA ORQUESTA PROPIA

En 1958 Johnnie Seguí disolvió su orquesta y se radicó en Puerto Rico. Rosario evaluó el momento y fundó su primera orquesta, integrada en su mayoría por los músicos que habían sido de Seguí, actuando en diversos locales de Nueva York hasta llegar a ser la orquesta titular del Club Cabarrojeño, local en la que logró hacerse de un nombre definitivo en la escena musical latina de la Babel de Acero.













Willie Rosario & Rigoberto Villalta

Pero en 1962 es despedido del club, en una especie de golpe de estado propiciando por sus propios músicos. No obstante, Rosario se recuperó del golpe y formó una nueva banda en la que destacaban Bobby Valentín y Tony Cofresi en las trompetas, Izzy Feliú en el bajo, Luis Rodríguez en la conga y Frankie Figueroa en la parte vocal. Igualmente, firmó un contrato con el sello Alegre y bajo la producción de Al Santiago editó su primer disco titulado El bravo soy yo.

También pasó a ser parte de la Alegre All Stars, agrupación que bajo el liderazgo del recordado pianista Charlie Palmieri fue responsable de las mejores grabaciones de descarga de los años sesenta.

En sus discos posteriores Rosario contó con otros vocalistas como Paquito de Jesús, quien reemplazó a Figueroa, Willie Torres, Pete Bonet y Adalberto Santiago, antes que entrara de lleno con Ray Barretto.

EL SONIDO ROSARIO

Si bien Willie Rosario ya tenía un nombre en el ambiente musical aún le faltaba lograr un sonido propio, característico, que lo diferenciara de los cientos de bandas que existían en Nueva York. Y una noche en un club de jazz, Rosario escuchó al saxofonista Gerry Mulligan interpretando bossa nova con un trío. La profundidad del barítono de Mulligan combinada con un bajo y un piano lo impactó y fue entonces que Willie supo que había encontrado lo que quería.

A partir de este momento la orquesta de Willie Rosario, hasta la actualidad, se caracteriza por manejar un patrón armónico logrado con una sección de cuatro trompetas y un saxo barítono.

Habiendo logrado “su sonido” Rosario grabó varios long plays que son el testimonio de la evolución de una propuesta, teniendo en cuenta la gran competitividad del mercado de la salsa a comienzos de los años setenta. Así, vuelve a grabar con Frankie Figueroa, quien a su vez fuera sustituido por el panameño Miguel Barcasnegras “Meñique” con quien publicó en 1968 la producción El bravo de siempre, su primer trabajo para el sello Inca.




CD El Bravo de Siempre.

Luego que Fania comprara este sello en 1970, salió al mercado De donde nace el ritmo en el que destacó el hit "Del barrio obrero a la quince" con la voz de Chamaco Rivera. Las siguientes produccionesMas ritmo (1972) e Infinito (1973) se revisten de una gran calidad. "En Bayamon", "Nicolás", "Juventud siglo 20", "Arrepentíos pecadores" y "Tumbao revolución" son sólo algunos de los éxitos que 'Mister Afinque' impusiera en esa época.

REGRESO A LA ISLA

Esta consolidación en el mercado de la salsa llevó a Rosario a tomar otra decisión importante: regresar a Puerto Rico. Aparentemente esto no era lo correcto pues estaba pronto a estallar el denominado Boom de la Salsa nuevayorquina. Sin embargo, el Maestro siempre ha declarado que no quería que sus hijos se criaran en Nueva York lo que fue razón suficiente para radicarse en la Isla del Encanto.

Pero Willie continuó su esfuerzo musical desde la isla. En 1975 salió un disco de antología: Otra vez con la voz de Junior Toledo, quizá el cantante que más identifica a la orquesta de Rosario. Además, esta producción contaba con los arreglos de Louie Ramirez y Bobby Valentín así como varios artistas invitados como Ismael Quintana, Vinnie Bell y Adalberto Santiago.

El siguiente álbum Gracias mundo (1977) incorporó como arreglistas, además de Ramírez y Valentín, a Marty Sheller y Louie Cruz. Del mismo modo, pasaron a engrosar la parte vocal Bobby Concepción y Guillo Rivera. "Cha cha ri cha", "Samba con salsa", "Sanjuanero", "Abarriba cumbiaremos", aún permanecen en la memoria de los buenos melómanos como muestra de la calidad de esta producción.

Sin embargo, Willie Rosario abandonó al monopolio Fania en pleno Boom y firmó con T-H un contrato que le garantizaba más libertad de la que disponía en la compañía de Jerry Masucci.

DE LA T-H A BRONCO

Durante su permanencia en T-H, que duraría desde 1978 hasta 1983, Willie Rosario siempre se mantuvo en primera línea imponiendo un sinfín de éxitos que aún resuenan como "Atízame el fogón", "Busca el ritmo", "Mi amigo el payaso", "Esa que yo conocí", "Bajo la luna", "No me vuelvo a postular", "El antifaz", "Cuando se canta bonito", "Tormenta" y "La mitad".


BOBBY VALENTIN Y WILLIE ROSARIO


Esta etapa también significó la llegada a la orquesta de Tony Vega y Gilberto Santa Rosa quienes con Bobby Concepción formaron un frente de cantantes imbatible, aunque a partir de 1981 el binomio compuesto por Vega y Santa Rosa se convirtió en la fórmula ganadora de la orquesta.

Todo esto coincide con el periodo comprendido entre 1981 y 1986 en el cual la vanguardia boricua, ante la decadencia de Nueva York, logró proyectar lo mejor de la salsa puertorriqueña. Willie Rosario, Tommy Olivencia, la Orquesta Mulenze, Rubby Haddock, Elías Lopes y Raphy Leavitt, por nombrar algunos, son parte de esta corriente que, incluso, con relativa fortuna, sobrevivió la moda de la salsa sensual que despediría los ochentas.

En 1984 Willie Rosario cambió nuevamente de casa discográfica pasando al sello Bronco propiedad de Bobby Valentín. Durante esta etapa publicó discos importantes como Nuevos horizontes, Afincando,Nueva cosecha (nominado al Grammy), The salsa legend, Unique, Viva Rosario y The roaring fifties, que evidencian la absoluta madurez del “sonido Rosario” con un “afinque”, es decir un acoplamiento total de los músicos, destacando el inigualable barítono de Humberto “Beto” Tirado y éxitos continentales como"Lluvia", "Obra sellada", "Botaron la pelota", "Estoy en ti", "Enamorado a lo adivino", "Me tendrán que aceptar" y "Dime que sí".

A partir de 1987, con la salida de Santa Rosa y Vega, se han encargado de la parte vocal, entre otros, Primi Cruz, Josué Rosado, Bernie Pérez, Pupy Cantor, Rico Walker, Henry Santiago, Angel Luis Vergara, David Anastacio, Canito Rodríguez y Omar Negrón.

La única vez que Willie Rosario se presentó en nuestro país fue el sábado 16 de agosto de 2003 con motivo del Festival Chim Pum Callao. Fue una verdadera “salsa machine” que impresionó a los asistentes dejándolos con las ganas de volver a disfrutar nuevamente de la clase de Mister Afinque. Ojalá que el Maestro nos vuelva a visitar.

1 comentario:

  1. Un agradecimiento al señor Rigoberto Villalta por su colaboracion con el presente articulo.

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