viernes, 4 de septiembre de 2009







SALCHICHA CON HUEVOS Nº 10
50 años como Coleccionista de Música
JOSE HUMBERTO ROJAS GARCÍA
Huacho es cuna de héroes y luchadores sociales, pero también de personajes pintorescos que son parte de nuestro folclore. Son aquellas personas, que en el círculo que se mueven son reconocidos, mas no tienen el reconocimiento que verdaderamente merecen y que muchas veces se otorga a personajillos que solo se han aprovechado de nuestra ingenuidad y buena fe.
Salchicha con huevos presentará en sus páginas la trayectoria de personajes que nunca ocuparon un cargo público, pero si se hicieron conocidos y estimados por su carisma y don de gente en el barrio y sobretodo por su amor y apego hacia la música, con lo cual también enaltecen y prestigian a nuestro pueblo.
Espero disfruten este primer reportaje a un personaje que está cumpliendo 50 años de coleccionista, o sea sus “Bodas de Oro”. Conversar con él obliga a mantener la risa a flor de labios ya que su manera de ser enjundiosa, su salero de barrio y su chispa contagiante aderezan permanentemente nuestra amena conversación ocurrida después de una insistente búsqueda, tratando de ubicarlo por los lugares donde suele transitar.
Siempre con la quimba y chispa propia de aquellos muchachos formados en el barrio. Siempre alegrando con esa forma tan amena de ver las cosas por donde suele pasar el tiempo, conversando o jugando. Sea en el Club de los Viejos, o en Mariscal Castilla, o en la peluquería de su amigo Alejandro Santos “TOCUYO” como el cariñosamente llama.
Lo encontramos en su cálido hogar. Don José Humberto Rojas García conocido como “EL CUBANO” (por su forma de vestir y su amor a la música antillana). Pepe Rojas para los amigos de toda la vida, nació un 22 de mayo de 1937 en el antiguo barrio de Cocharcas (hoy calle Mariscal Castilla, 1ra cuadra), en el famoso callejón Villavicencio, hijo de don Enrique Rojas Laos, el famoso CALETA y de doña Rosa Amelia García Cabanillas. Hincha acérrimo del Deportivo Flecha como el nos cuenta.
“Con el pucho de la vida apretao entre los labios la mirada turba y fría un poco lento el andar doblo la esquina del barrio turbio ya de recuerdo como volcando un veneno esto se le oyó cantar vieja calle de mi barrio donde he dado mi primer paso”
Recuerda de sus amigos de infancia a don Mario Arévalo, el Negro Pirulo y Papain, entre otros muchachos del Barrio Cocharcas.
SCH: ¿Donde estudió Don Pepe?
JR: Mira yo estudie en el Colegio 413, que recuerdo antes quedaba en la calle Salaverry que era llamada La Gran Vía (donde es ahora la I.E. Flor de María Drago). Recuerdo más o menos a quien era mi director el señor Roberto Rodríguez, también al Profesor Lino Velásquez, y al Profesor Maguiña de Educación Física. Entonces llevábamos como curso IPM (Instrucción Pre-Militar) ya que era época del gobierno militar del Gral. Manuel Odria. Al salir del colegio íbamos al Liceo Santa Rosa (colegio de la señora Enriqueta MC Ferreyros) a cortejar a las chicas, eran los tiempos que se trataba con respeto. Que nos iban a ver por las calles como ahora que un poco mas y se calatean hermano; antes había mucho respeto hacia las personas mayores. Entonces la cita con una chica era en el Cine Colón a la hora de la matinée o en la vermouth. Eran encuentros a escondidas por respeto a los familiares y al que dirán de las personas, éramos más recatados; pero no faltaban las “bandidas”, por eso recuerdo siempre esa canción de Panchito Riset “De cigarro en cigarro”, porque me hace recordar una “costilla” que nunca llegó al cine y me vi las tres funciones, jajaja.
SCH: ¿Y cómo era don Pepe en esa época?
JR: Era un muchacho como todos, no voy a decir que he sido un santo. Mira cuando me tiraba la pera o me hacia la vaca nos íbamos con los muchachos del barrio a la playa o en mancha a la campiña a pañar fruta de estación, por esos tiempos Huacho era la despensa de Lima, imagina todo lo que encontrábamos por demás (nos dice con cierta nostalgia evocando tiempos idos)
SCH: ¿Y cómo eran los carnavales en aquellos tiempos?
JR: Mira, los carnavales duraban tres días y se jugaban todo el día hasta las 6 pm. En el día participaba toda la gente del barrio para jugar con agua y talco, pero sin vandalismos no como ahora que aprovechan para ganar-se con la costilla o para robarles caramba; yo me acuerdo que se usaban unos chisguetes conocidos como carnavalón, amor de colombina y el Pierrot que eran unos tubos de vidrio y su contenido eran perfumes y eso era lo que te echaban. Ah también se usaba mucho la serpentina, habían unas en las cuales venían frases de amor y uno cortaba la que mas le gustaba y se lo regalaba a la chica que quería cortejar; había mucho romanticismo en esa época sobre todo porque entonces predominaba bastante el bolero y canciones que hablaban de amores.
SCH: ¿A quienes se escuchaba?
JR: Estaban de moda Los Panchos, Los Tres Diamantes, Los Tres Ases, también los boleros de la Sonora Matancera con sus cantantes Leo Marini, Bienvenido Granda, Daniel Santos; Bobby Capó, mira los nombrecitos que te estoy diciendo; ah y como olvidarme del gran Benny Moré y su memorable bolero “Cómo fue” y que con otro grande, Pedro Vargas, interpretó “Perdón”. El Bárbaro del ritmo es inigualable, mi compadre Mario Arévalo es hincha número uno, tiene creo todos sus discos. Bueno volviendo a lo del carnaval, los desfiles de carros alegóricos con las reinas, recuerdo que íbamos en camiones y pasábamos mojando a las chicas. Luego uno se cambiaba con lo mejor para irse a la Plaza de Armas, se vestía con el terno chasqui blanco, zapato dos colores en charol (blanco y negro) y salía uno de cacería.
SCH: ¿Cómo se divertían los fines de semana?
JR: Ah bueno esperábamos los días sábados y domingos con ansias para irnos a la piscina de la Playa Chorrillos (Malecón Roca), por ese tiempo lo administraba el señor Víctor Hoces, y por cierto que preparaban el mejor sándwich de la ciudad era bien mentadito por aquella época. También había un piano, personas que llegaban y pedían permiso y tocaban su música que les gustaba. Y como no recordar las rumbas que se armaban en aquel entonces con las orquestas de la localidad como la “Lawn Tennis”, ”La Comparsita de Amay”, “Social Santa María”, la orquesta de Aída Pichilingue, “La Copacabana” de Pocho Nalvarte; en Mariscal Castilla habían un par de hermanos de apellido Macedo, me acuerdo que uno de ellos marcó una época Lucho Macedo y su Sonora, era el que llegó a hacerse mas conocido. Otras orquestas que llegaron fueron las de Freddy Roland, Domingo Rullo, Los Románticos de Cuba, Las Dolly Sister que vinieron con Dámaso Pérez Prado. En ese tiempo quien salió a perifonear por la ciudad fue el señor Coca que tenia su estereofonía con sus altavoces con los cuales iba invitando a la gente con su espectáculo. Uno de los mejores bailarines de Huacho que vi, en mis épocas, fue a Alfredo “El Chivo” Mayor, que tal ritmo que tenia el hombre, como destrozaba las pistas de bailes.
Suena el compás de un bolero en el tocadisco antes de continuar la conversación, es Rolando Laserie que canta:
“Veo algo cansado el mazo es inútil barajar con una daga en el pecho y mis sueños hecho pedazos que se rompió en un abrazo que me diera la verdad, aprendí todo lo bueno aprendí todo lo malo, se del beso que se compra se del beso que se da, del amigo que es amigo siempre y cuando le convenga y se que con mucha plata uno vale mucho mas. Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran y si la murga se ríe uno se debe reír, no pensar ni equivocado para qué si igual se vive y además corres el riesgo que te bauticen gil. La vez que quise ser bueno en la cara se me rieron cuando grité una injusticia la fuerza me hizo callar, la esperanza fue mi amante, el desengaño mi amigo, cada carta tiene contra y cada contra su mal. Hoy no creo ni en mi mismo todo es bruto todo es falso, aquel que esta mas alto es igual a los demás por eso no debe extrañarte si en una noche borracho me vieran pasar del brazo con quien no debo pasar”.
Continuará

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