sábado, 23 de enero de 2010







LA RUMBA DE CHALO
EL PALLADIUM
Parte 1
“….la música y la poesía son –como arte- expresión viva del sentir de los pueblos. Una frase muy trillada, reconozco, pero no por ella incierta, y la canción es la suma de estos dos artes….” (Francisco García Silva, Nuestro valse criollo - El Dominical, música, El Comercio 22-08-2004)

La sensación que causaron Machito, Bauzá y Chano en su tiempo es hasta la fecha materia de conversación, discusión y análisis de los entendidos. Ellos pertenecieron a un selecto grupo de privilegiados que fomentaron una revolución musical y que necesitaban un sitio donde expresarse.
Este se llamó PALLADIUM. Es allí donde se abre el cielo para la música latina y empieza a escribirse uno de sus más importantes capítulos.
Era un inmenso salón capaz de albergar mil parejas en la pista de baile. Estaba ubicado en el segundo piso, cerca de una esquina, en el 1692 y la calle 53 en Broadway, la famosa zona de música y los teatros en New York.
Abrió sus puertas el 19-01-1946, siendo sus socios Louis Levine, Silvia Cole y Hyman Siegel, y empezó como Latin Music Ballroom (pista de baile), se llamó Alma Dance Studios, un local en donde bailaban los americanos blancos con adorables damitas valses, tango, foxtrot y algo del viejo y delicado swing. Más tarde se llamaría Palladium.
El local se encontraba en decadencia y cada vez eran menos las parejas que asistían; como el negocio no rendía, es entonces que un señor de apellido Moore decide encargarse de la gerencia, e intenta atraer otro tipo de público, a los efervescentes latinos.
Para esto entra en contacto con Federico Pagani, director del Conjunto Ritmo y uno de los principales promotores de la música caribeña en la ciudad. Pagani le recomienda al legendario trompetista y arreglista Mario Bauzá quien a su vez le propone a Machito y sus Afrocubans.
Pagani entiende que esto podría ser el gran golpe de la música latina, sugiere moverse con cuidado. Tomando precauciones. Surge entonces la idea de abrir un club especial que se encargaría de organizar unas matinée bailables los días domingos para la colonia hispana.
Mario Bauzá da el nombre Blen blen blen, esta era una canción de tan solo tres palabras y que pertenecía a Chano Pozo, quien no pone objeción cuando le solicitan el nombre para el nuevo club por la estrecha amistad entre Bauzá y Pozo.
Pagani precisa que por entonces no había radio hispana, y la promoción de los bailes se tenía que hacer en las calles. El mismo empresario repartía volantes por los diferentes barrios.
La expectativa fue tal que los domingos por la tarde una multitud esperaba en colas para ingresar. El local se llenaba de negros venidos de el barrio y otros lugares ansiosos de disfrutar con la banda de Machito. El éxito es desbordante, los dueños estaban contentos pero a la vez preocupados por la enorme afluencia de estos y le reclamaron a Pagani que habían muchos negros (eran los años de la discriminación) a lo que respondió este … que si quieren recibir muchos verdes (dólares) deberán contentarse con los negros …
César Miguel Rondón en Crónicas del Caribe Urbano: El libro de la Salsa señala que en aquel año 1947, solo una orquesta de latinos, de negros latinos había logrado pasearse con prestigio y comodidad por los predios de los blancos de Broadway, especialmente de los blancos judíos. Venían de largas temporadas en el hotel Concord….
….ese era Machito y sus Afrocubans, una orquesta que tenia la habilidad de agradar a todos los públicos. Era la orquesta que determinaba en New York la pauta para crear auténtico pop americano, jazz y ritmos latinos para los bailarines…
El espectáculo fue llevado al Palladium y la música fue escuchada en los próximos dos años solo los domingos en matinée.
Pero antes de retornar al Palladium, el Blen blen blen Club acogió además de la banda de Machito a Noro Morales y José Curbelo, las que atraían grandes multitudes. El Palladium nuevamente rebosa hasta su máxima capacidad. El éxito arrollador obligó al local a atender todos los días, se convirtió en el lugar obligado de músicos y bailadores. Era el bailódromo más famoso y conocido del mundo, como que congregaba a renombrados personajes de la farándula norteamericana, así como a millonarios y artistas de Holliwood. No era raro ver en medio de la excitante música a Ed Sullivan, Carmen Miranda o Marlon Brando.
Es decir, en ese salón de baile se congregaron las más disímiles personalidades con un solo objetivo: bailar. Además los asistentes se sentaban a ver los miércoles los concursos de baile y presenciar los duelos que se realizaban entre las mejores orquestas.
En unos años habían desplazado a todos los demás locales, y del famoso templo del jazz, El Birdland, sus músicos después de tocar se acercaban a ver y escuchar “lo que pasaba al costado”. El club quedaba a una cuadra de distancia. El prestigio del Palladium crece, se convierte en la cuna de los bailes caribeños, y se ve forzado a incrementar su plana de artistas, entonces acoge a otros personajes que al cabo de poco tiempo se convertirían en figuras trascendentales de la música latina.
Los años cincuenta se convertirían en la época dorada del Palladium y dominó su imperio a través de tres orquestas…
….fue en el verano de 1948 que Federico Pagani persuade al trompetista de Pupi Campos a formar un grupo breve, el que se llamó THE PICADILLY BOYS. Ese trompeta era TITO PUENTE, que además oficiaba como timbalero del brasileño Fred Martin en el Club Copacabana.
Continuará

No hay comentarios:

Publicar un comentario