lunes, 12 de abril de 2010


CULTURA LATINA
VICTORIA SANTA CRUZ
Al leer el artículo del Prof. Julio Laos Panana (Crónicas de un Músico) recordamos en estas apretadas líneas a una rigurosa personalidad de la música peruana. Una leyenda viviente. “..He bailado desde que aprendí a caminar... Era un pedacito de negrita que tenía dos preguntas ¿Quién soy? ¿Que es la vida?.. Victoria Santa Cruz.
Claudia Chumbe le preguntó si se animaría hacer un espectáculo como los que hacia antes convocando a negros y mestizos de negros. De ese reencuentro en el Centro Cultural Japonés existe un video, el que será un documento a dejar, según sus propias palabras. Está acompañada por un elenco rigurosamente seleccionado, e intervienen Eva Ayllón y Bartola, grabado para TNP Canal 7.
En ese show llamado “la magia del ritmo” Victoria vino a mostrarnos después de 25 años las estampas que la hicieron famosa.
El mismo empieza con esta alocución: “desde muy tierna edad, sin tener nociones de la existencia de un continente africano, conocí desde una memoria ancestral las bases del ritmo. Con el correr del tiempo, al ir alcanzando ciertos niveles de conciencia, redes-cubro que, no obstante africano, es cósmico. Ese día supe lo que la libertad implicaba y empecé luchando por el humano de raza negra, hoy lucho por la familia humana a la que pertenecemos”, declamado con el garbo y prestancia que ha caracterizado siempre a doña Victoria.
Ahora bien, en la entrevista de Juan Álvarez en Perfiles de julio del 2004, La República, dos de las preguntas que absuelve, resumen su punto de vista sobre el papel de la persona con su entorno, y de la actualidad musical como arte. Empezamos con la última respuesta al periodista, si cree que haya posibilidades de recuperarnos como colectividad. Esto respondió: “Mira tonta no soy. No tengo la menor intención de cambiar al mundo, pero como célula que pertenece a un organismo, tengo un compromiso. Y cuando uno descubre su tarea, cumplir con esta no es genial ni maravilloso. Simplemente es una bendición”.
A la pregunta si la entusiasmó la música que escuchó, contestó: “hay muchas cosas extrañas de las que prefiero no hablar. Pero cuando se trata de descubrir en lugar de repetir lo que hizo otro, la música, la danza y el teatro son medios no metas. Y cuando se trastoca el medio en meta, caemos en una gran trampa: ¿Qué estamos haciendo? también hay un apuro increíble para acortar distancias, pero, ¿para ir adonde? el ser humano suele proyectarse desde el pasado para evocar un falso futuro porque no tiene presente”.
Esa es la filosofía del ritmo, Victoria ha convertido el ritmo en una filosofía de vida. Desde allí haciendo pedagogía, difunde sus dinámicos y rítmicos pensamientos contribuyendo a mejorar el mundo individual o grupal de quienes tienen o han tenido la fortuna de ser sus alumnos, u otros como nosotros que nos conformamos con ser simplemente los espectadores de alguna de sus impactantes danzas teatralizadas….

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