jueves, 17 de febrero de 2011

Mamá de Marco Bermúdez soño el triunfo de su hijo

Gladys Brito (derecha) junto a su hijo Miguel Antonio (izquierda)revisando el album familiar
Fuente: El Universo, Ecuador. Por: Neptalí Palma
El orden y la pulcritud es lo que destacan en el domicilio de Gladys Brito, madre del cantante Marco Bermúdez Brito ganador del Grammy en la categoría Mejor Disco Tropical, junto a la Spanish Harlem Orchestra. Los cuadros de su hijo y afiches de agrupación también son notorios en la vivienda, asentada al ingreso de la parroquia San Pablo, en Portoviejo.
Su progenitora está feliz por el segundo éxito conseguido por su hijo en el Grammy (el primero fue en el 2004), y cuyo logro, aseguró, lo predijo horas antes de la ceremonia. “Yo soñé con ese triunfo y lo llamé y le dije: papito, tú eres el ganador y él me respondió: que Dios te escuche,
madrecita. Y yo le reiteré que lo presiento y esa percepción no me falló”, señaló Brito, quien recuerda con amor a su Patojito, como le dice a Marco, esto porque el cantante es pie plano.
Tras el triunfo, apenas dos conversaciones ha tenido Brito con su hijo y en el primer contacto telefónico, Bermúdez le dedicó el triunfo a su madre, por la paciencia y el amor que le puso para enseñarle a cantar a corta edad. El talento Bermúdez lo lleva en la sangre, pues es descendiente de Filemón Macías, compositor del pasillo Tejedora manabita, sobrino de Eduardo Brito Mieles, quien con su interpretación inmortalizó el considerado himno de esta provincia: el pasillo Manabí, y también primo hermano de Magdalena del Valle Macías, una manabita que se destacó en obras teatrales en Venezuela.
Brito rememora que apoyar a Marco y a sus otros hijos, Eduardo y Miguel Arturo le significó varios encontrones con su extinto esposo, Eduardo Bermúdez, pues él no era del agrado que sus hijos se dedicaran a la música. Dijo que aprovechaba los viajes que hacía su cónyuge a otras ciudades –debido a que era empleado de Contraloría– para alistarles ternos y textos de agradecimiento a sus hijos para que intervinieran en lides musicales. “Cuando mi esposo llegaba de sus recorridos ahí era el encontrón, pero le hacía entender que los chicos podían llegar lejos y no me equivoqué”.
Del famoso grupo infantil Los hermanitos Bermúdez-Brito –integrado por Eduardo, Marco y Miguel Antonio– quedaron los trofeos ganados en certámenes como Los Barrios Cantan en
Diciembre. Pero los años pasaron y ya los jóvenes se dedicaron a cantar a más de pasillos, boleros y tangos y también melodías que siempre tarareaban en su domicilio: las canciones de Héctor Lavoe, Celia Cruz, Andy Montañez y otros tantos artistas, que por cosas del destino años después, en algunos casos, fueron compañeros de shows internacionales.
Pero no todo fue fácil para Eduardo y Marco, quienes migraron en 1983 a Chicago, Estados Unidos, con el nombre de la orquesta Los Profetas. Estando en el país del norte decidieron quedarse y para subsistir debieron laborar en nigth clubes de lunes a lunes, sin parar. Y fue ahí donde laborando con artistas como Rubén Blades, Orlando Contreras, los hermanos Arriagada,
Rolando La Serie, y otros, se ganaron un nombre, principalmente Marco, quien era un experto en el soneo y timbales, un mérito que incluso se lo reconoció el extinto Tito Puente.
Miguel Antonio, hermano de Marco, el único de los tres músicos que se quedaron en Ecuador, alabó el trabajo tesonero de su hoy reconocido familiar, y de quien guarda una anécdota, cuando el 6 de diciembre de 1982, la agrupación que ellos dirigían, Vibración, fue contratada por los vecinos del barrio México en Quito para rendir homenaje a la capital en sus fiestas de fundación.
Aquella noche, un fuerte aguacero cayó en la vecindad. Pese a todo eso, los organizadores ubicaron una carpa para que los artistas no se mojaran ni se dañara el espectáculo. “Pero la lluvia nunca paró y seguimos con el show. Fue tanta nuestra alegría que junto a mi hermano Marco, con quien cantábamos, decidimos bajar de la tarima y cantar en la pista con los vecinos de ese
barrio que nos trataron con tanto cariño y el show terminó a las 06:00 del día siguiente. Eso sí, todos empapados pero alegres”, relató Miguel Antonio.
Mientras dialogábamos con los familiares del ganador del Grammy, este llamó para conversar con sus parientes. Dijo que aún no asimilaba tanta alegría, pues el Grammy es el sueño que todo artista desea cumplir y que a diferencia del obtenido en el 2005, este fue muy especial, pues tuvo la oportunidad de subir al estrado a recoger el premio y dirigir unas cuantas palabras al público.





En los primeros años en Estados Unidos, junto a su hermano Eduardo




Ahora sus metas están fijadas para los premios Billboard latinos para el 28 de abril, en los que la Spanish Harlem Orchestra interviene en la categoría Mejor álbum Tropical del año. Competirá con Aventura, Gilberto Santa Rosa, el Gran Combo de Puerto Rico y el grupo 24 Horas.
El triunfo obtenido hizo que se modificara su venida a Ecuador el mes próximo –algo que aún no descarta–, pero sí desea con todo su corazón estar en octubre en Portoviejo para celebrar sus 50 años de vida, el 20 de ese mes. Dice que lo quiere celebrar junto a sus familiares para saborear los platos típicos de esta tierra. Él indica que sigue siendo el mismo Patojito, que ganaba concursos radiales, el abanderado del colegio Cristo Rey, de Portoviejo. El mismo que debía alquilar instrumentos musicales para cantar en conciertos. Dice que sigue siendo el mismo a pesar de que se ganó el Oscar de la música.
Datos
Por el trabajo de su padre en la Contraloría, Marco Bermúdez Brito nació en Quito el 20 de octubre de 1961. A los dos meses sus progenitores se trasladaron a Portoviejo, donde él creció y se forjó como cantante.
Hace tres semanas la Spanish Harlem Orchestra debía presentarse en El Cairo, pero debido a los problemas políticos se suspendió la gira. Según Miguel Antonio Bermúdez, a su hermano solo le falta cantar en los polos Norte y Sur, pues en todos los continentes ha dejado en alto el nombre de Ecuador.
A más de Eduardo y Miguel Antonio, Marco tiene otro hermano, José Julio, que no se dedica a la música. Un sueño que anhela cumplir Marco es cantar en Manabí junto a la Spanish Harlem Orchestra. El año pasado lo hizo en Guayaquil.
El manabita ya alista cuatro nuevas melodías del próximo trabajo discográfico que tendrá la reconocida orquesta, que en las próximas semanas iniciará una gira en Francia.

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